Valeria Bracamonte Valeria Bracamonte

Tradiciones

“La muerte es redentora. Morir es volver a vivir. Quien siempre piensa en la muerte, en Dios pensará siempre; y quien siempre piense en Dios, no será muy pecador. Un justo que morir bien quería, pensaba en la muerte siete veces al día.”

Escrito anónimo

Estoy muerto” dijo el abuelo, “ya me morí”, pero los signos vitales estaban tan bien que sonaba a broma.

Sin embargo repitió “ya me morí” postrado en su hamaca en pleno día de muertos mientras todos en su casa y junto a la abuela festejábamos estos tradicionales días.

Para puntualizar sobre la tradición, solemos hacer juntos el pib que es un tamal grande, lleno de carne, masa y col con un sabor delicioso y que se acostumbra hacerlo entre todos pues el proceso de elaboración es largo y tedioso. Para luego hornearlo y sentarnos juntos a degustar su delicioso sabor.

Es por ello que nos disponemos un día para celebrar y honrar a nuestros antepasados en familia.

Antes la abuela cocinaba absolutamente todo y solo llegábamos a armar uno que otro ahora nos ayuda desde su silla dirigiendo el pandero y probando el sabor del col para dar su aprobación (este componente es el más importante el que da el sabor).

El viejo por su parte ya cansado prefiere no salir de su cuarto aún sabiendo que estamos todos juntos festejando.

Pero eso si, junto a él tiene un timbre que hace sonar a cada rato para avisar que necesita algo y al escucharlo cualquier persona desocupada asiste al llamado.

En ocasiones solo quiere ver a alguien y no decir nada pero esta vez acudí al llamado, me quedé en la puerta esperando a que dijera algo porque tenía los ojos cerrados pero las manos como dirigiendo una canción y antes de llegar a su cuarto, en el pasillo, lo escuché dialogando. Sin embargo al llegar tenía los ojos cerrados.

-Eeeejeemmm dije

-“Estoy muerto” contestó

Más vivo que nunca aunque siento que traía el corazón apachurrado por tanto recuerdo y tantas personas que se han ido de su lado.

  • Yo te veo más vivo que nunca contesté. Necesitas algo agregué. Soy seca el es seco, es algo muy característico de nosotros.

  • Nada, contestó

  • Te traigo algo

  • No

  • ¿Entonces?

  • Nada, estoy muerto ¿qué hacen? Preguntó

  • Me reí porque se hacía al muerto sin embargo le contesté pibes ¿con quién hablabas?

  • Con Dios contestó y me sonrió muy alegre

  • Con Dios y mi cara fue de total asombro ¿que dijo?

  • Que te importa contestó y sonrió

  • Baaaaa contesté ¿se te ofrece algo? Creo que estaba jugando.

  • Un vaso de coca

  • Listo ahora vengo

Llegue a la cocina y dije: el abuelo hablaba con Dios. Será? Y me dijo que está muerto.

Se rieron al unísono.

-El abuelo suele ser muy trivial últimamente dice que ya esta muerto pero es un sentimiento que tiene por los días de muertos.

-Bueno, creo que pudiera estar hablando con Dios y si así fuera que dichoso.

Una tía contestó

  • Está triste por la vida que se le ha ido de las manos. Tiene una tristeza tremenda que le abruma hasta el alma deseando dejar el plano terrenal y unirse al otro mundo en ese en donde las almas descansan y en donde vuelves a ver a todos los que alguna vez formaron parte de tu vida diaria como por ejemplo su tan amada madre: doña Ana.

  • Estas en toda verdad. Contesté sumida en pensamientos.

Los días de muerto no huelen a muertos para algunos por las delicias que se preparan en la cocina como el pan de muerto que hace mi mamá con aroma a anis y fragancia de naranja el cual al estar en su punto perfecto de cocción despliega un olor inmaculado.

Sin embargo para otros este día  huele a ausencia, perdidas, a recuerdos y momentos que quisieran nunca hubieran pasado tan rápido, huelen a vida consumida, a soledad y a melancolía por todo lo que fue y ya no es, por todo lo vivido y lo que alguna vez uno fue. Huele a juventud vivida, a malos momentos pero buenos también, huele a una bomba de recuerdos, hermanos, experiencias.

Y saben creo que para el viejo así huele ahora.

Pero no está muerto, no ponemos el altar por él si no por los suyos y hoy disfrutamos sus momentos triviales incluso alguna que otra metada de madre de gratis que suele hacer cada que quiere.

Pero así se le quiere a este viejo, turco, testarudo y abuelo que es.

Y él que hoy me hace reflexionar sobre la muerte.

La muerte huele a vida, a la vida que alguna vez hubo, no huele a perdida y a tristeza si no a gloria de aquellos años mozos, no huele a dolor sino a esplendor y evolución.

La vida corta o larga hay que vivirla para que cuando llegue la muerte su presencia no atemorice si no más bien se le agradezca por el tiempo, por la paciencia y por tantos momentos permitidos en nuestra existencia.

Para don Tono.

Con cariño de la mamá del wero

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Valeria Bracamonte Valeria Bracamonte

La cultura como medio para el cambio

Últimamente no he dejado de pensar en todo lo que ocurre en el mundo. Y es que cada mañana cuando me levanto y tomo el teléfono como rutina establecida lo primero que recibo en el buzón de mensajes son las noticias que ocurrieron mientras dormía. El común denominador de ellas es que son catastróficas, alarmantes, violentas; además del sin fin de conflictos culturales.

Desde que inició la guerra en Israel no he dejado de pensar en una solución, ¡como si fuera tan fácil! no? Cada que ocurren este tipo de sucesos me gusta pensar en lo que podría hacer si yo fuera el líder y tuviera que tomar decisiones.

Y es que llueven noticias sobre este suceso como cuando comenzó la guerra en Ucrania y cómo todo lo malo que pasa en el mundo pero esta vez con esta nueva guerra quise reflexionar un poco sobre la cultura, el meollo del asunto.

Hay tantas culturas en el mundo porque todos somos distintos y eso nos hace un mundo único pero la intolerancia cultural es abrupta al grado de cometer actos fatídicos .

Pero bien, comencemos:

¿Qué es cultura? Según la RAE cultura es: conjunto de estilos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial en una época, grupo social. También se le conoce como: conjunto de conocimientos que permite al individuo desarrollar un juicio crítico.

Analizando estas definiciones y según mi propia opinión puedo concluir que cultura es aquello que da identidad a un grupo de personas, comunidades, países, pueblos, tribus por su: estilo de vida, lenguaje, formas de pensar etc.

Cultura es algo muy extenso, pero a la vez único, exclusivo y selectivo. No se comparte a menos de que el individuo quiera saber específicamente sobre de ella. No se expande sino que pertenece en un lugar. Y sobre todo compromete a cada individuo que vive en este mundo a seguir un modelo preestablecido solo por haber nacido ahí.

Dicho esto y uniendo la reflexión principal me pregunto:

¿Habrá posibilidad de tener una cultura universal?

Una que en vez de ser exclusiva sea inclusiva, una que integre a cada ser humano del mundo.

Es decir una cultura compartida. .

¿Qué tal si aprovechamos la digitalización y creamos una cultura universal?

Tal vez hablemos, vivamos y comamos diferente pero podríamos revivir e unificar valores universales como la tolerancia, buen trato, respeto de opiniones, de creencias y el servicio.

El fin del genocidio y holocaustos es una union mundial.

Por lo tanto imaginemos que cada persona pusiera de su parte, con el compromiso de promoverlo a través de canciones, programas, influencers, shows en la television, redes sociales, es decir que usemos todas las herramientas que tenemos gracias a la modernidad.

Quiza así podramos lograr fomentar una unión global. Quizá podríamos difundir con mayor amplitud esta idea de cambio.

Necesitamos desesperadamente una unión colectiva.

Necesitamos convertir esta idea en una nueva corriente generacional en donde todo aquel humano que viva en el mundo sepa que a pesar de su código postal comparten un profundo compromiso hacia con todos.  Y así, esta corriente podría florecer en cada rincón del mundo.

Sería un respiro, estaríamos sembrando paz, ya que al compartir con el mundo esto recibiría por parte de todos equidad, empatía, respeto pero sobre todo bienestar.

Sería un pacto o una nueva corriente humanitaria llámenlo como prefieran pero esto sería a favor de todos y para todos.

Sería un mundo de ensueño de ese que muchos jóvenes como yo deseamos ver para las generaciones siguientes.

Una cultura universal no suena tan mal. Pensémoslo.

With 🖤

V

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Valeria Bracamonte Valeria Bracamonte

Venimos a hacer historia

El homo sapiens, humano, ser racional, hombre, se ha encargado de hacer historia con el pasar de los años.

Este linaje del que dicen todos procedemos se expandió por el mundo siendo hoy más de 7 millones de herederos.

Definitivamente el hombre vino al mundo a hacer historia, pero desde que llegó, nació, fue creado y se expandió en busca de un lugar donde vivir, ha sido egoísta con todo aquello que posee.

Y es que hablando desde las cavernas hasta la era moderna, el hombre ha sido incapaz de compartir. Ha buscado más tierra para poseer, ha ocupado lugares sin petición y con decisión. No ha sabido usar las palabras para pedir ayuda, refugio y consuelo, sino más bien ha llegado y arrebatado todo cuanto él considera suyo y necesario para sobrevivir. Se ha convertido en el animal más poderoso y peligroso que existe.

Sin embargo, no todo ha sido malo en estos 300 mil años de evolución. Hubo tiempos esplendorosos y armoniosos. Hubo eras de respeto y colaboración. El trueque y los tratados comerciales eran aceptados y acatados. Los asentamientos no eran vulnerables sino más bien lugares de ocio, recreación, ambiente social y familiar en donde la cooperación y colaboración reinó .

Hasta que los conceptos de dinero y poder aparecieron y con ellos la sed por tener más y más. Dichos conceptos comenzaron a meterse entre cada cabeza humana ocasionando daños irreparables heredados por generaciones.

A partir de entonces los disturbios entre la población mundial no han dado tregua. Esa necesidad de poseer lo que no es nuestro. Esa necesidad de tener cada día más ha consumido al ser humano ocasionando pérdidas irreparables y sobre todo pérdidas humanas llamadas holocaustos.

La modernidad nos ha hecho así, nuestros antepasados desde hace miles de miles de años nos lo han repetido al grado de tenerlo tatuado en el cerebro. “Busca más, conoce más, pide más, da más”. Todo es “más” nada es suficiente y es por eso que hoy por hoy no somos felices con lo que tenemos, no compartimos, sentimos que merecemos todo y además quisiéramos hasta lo que el vecino tiene y al no tenerlo hacemos hasta lo imposible por conseguirlo.

Y es tanta la necesidad humana y el recuerdo cimentado de tener “más” que cuando alcanzas una mayoría de edad y te vuelves líder de algún sitio o ciudad ó dueño de una empresa, tienes ese deseo por controlar y tener, incluso somos capaces de crear guerras en menor o gran escala con tal de satisfacer ese deseo inminente del “todo” dando como resultado una total y absurda indiferencia.

El mundo colapsa. En México hay una guerra sangrienta en las calles, feminicidios en ascenso, secuestros de niños y decapitados por doquier, un tren construido sin importar los daños colaterales al ecosistema, una guerra en Rusia, otra en Israel, hay anti-semitas y odio por doquier.

¿En qué momento vamos a pisar fondo?

No necesitamos nada más que lo que tenemos a nuestro alrededor, ni siquiera un par más de jeans hablando banalmente. Todo lo que necesitamos lo tenemos aquí con nosotros.

Pero lo que si quisiéramos es que el mundo sea un lugar mejor y dejar de tenerle tanto miedo al hombre, al hombre en su plena extensión de la palabra, pues la raza humana se ha convertido en seres irreconocibles capaces de atrocidades impensables.

Necesitamos que las personas den más y deseen menos. Ayudar al mundo y no saquearlo desmedidamente. Que nos cuidemos los unos a los otros, buscando el bienestar común. Agradecer en vez de exigir. Trabajar en equipo. Respetar el hecho de que somos únicos y que todos tenemos los mismo derechos.

Necesitamos líderes que busquen el bien común y promuevan comunidades colaborativas comprometidas con el medio ambiente y las sociedades que habitan sus territorios.

Mientras esto no pase, mientras las mentes sigan cerradas, ambiciosas y egoístas el mundo continuará cayendo súbitamente que para renacer del infierno le costará mucho a las generaciones siguientes.

¿ Qué cambiarías?

Yo cambiaría los métodos de enseñanza cimentados por generaciones.

Comenzaría por enseñar acciones de bien y voluntarias a las nuevas generaciones. Sin exigirles esa necesidad del “todo”, al contrario les pediría que lo dieran todo. Que extendieran la mano hacia el prójimo cualquiera que este sea. Que se pregunten a cada momento ¿Cómo puedo ayudar?.

Enseñémosles a trabajar en mesas de opinión aceptando los diálogos que de ahí se generan. Aceptemos las diferencias, volvamos a ser seres humildes, conscientes y respetuosos. Ayudemos a reparar el mundo, a frenar el colapso, volvamos a ser humanos, esos humanos que vinieron a hacer historia y ahora nos toca cambiarla. Giremos el timón de este barco en el que estamos todos y busquemos una ruta que nos conduzca hacia un nuevo camino.

With 🖤 V

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Valeria Bracamonte Valeria Bracamonte

Que nunca se acabe la coquita light, los amigos y una buena charla

El tiempo pasa tan rápido que a veces no nos percatamos de todo lo vivido a través de los años.

Lo pensaba mientras salía del starbucks a las siete de la mañana y observaba a un grupo de amigos tomando café. Quizá estén desde las seis treinta cuando la cafetería abre. Quizá acaban de llegar pero lo cierto es que esa reunión, ese momento, me resultó melancólico y digno de una reflexión.

Era un pequeño grupo de ancianos compartiendo su mañana, su café. Se encontraban sentados afuera de la cafetería en donde hay unas cuantas mesitas que se tambalean al borde de donde la mayoría de los clientes con prisas como yo, se estacionan. Al menos fumar es permitido. Tal vez por ello ocuparon aquel lugar tan caluroso pues las temperaturas matutinas últimamente han estado en los treintas apenas amanciendo.

En medio de dicha mesa se encontraba el periódico que quizás es su medio de comunicación favorito pues la tecnología según las generaciones adultas es un tanto difícil de manejar, más sin embargo cada uno tenía un móvil a su lado.

Uno de ellos fumaba un cigarrillo, otro no paraba de hablar y el otro en la espalda tenía una especie de arnés con pesas que me causaron tremenda inquietud al verlas pues su color rojo y abultado resaltaban en la camisa blanca que aquel señor portaba y además con tanto problema que últimamente he tenido en mi joven espalda deseaba saber el objetivo que tenían aquellas pesas en él.

Pero no le pregunté y me apresuré a subirme al carro sin dejar de mirarlos con la urgencia de llegar a la escuela pues tenía una excursión con mi hijo mayor.

Con las prisas por llegar, como últimamente he vivido, derramé café dentro del auto. Desesperada buscaba toallas o servilletas para limpiar mi batidero. Necesitaba despertar. Esas mañanas con comienzos anticipados suelen ser muy torpes y el tiempo no estaba precisamente a mi favor.

Así que ahora no solo tenía que limpiar lo que había hecho y apresurarme, sino también me urgía tomar un sorbo de ese delicioso café que mi cuerpo pedía a gritos. Además aquella imagen me hacía sobre pensar.

Limpié como pude y con lo que encontré. Me recargué en el asiento y respiré antes de continuar y seguir con ese ritmo acelerado que no es el ideal para comenzar. Tomé un sorbo de café y volteé a ver por la ventanilla para recargarme de esa buena energía que irradiaban no solos ellos tres sino que y sus cafés matutinos también.

Encendí el carro y me dispuse a avanzar pensando:

ojalá y que cuando llegue a esa edad en donde la sabiduría abunda siempre tenga un amigo.

Ojalá y todo lo que engloba el café sea eterno. Pero ni la vida misma es eterna.

Busquemos rodearnos de buenos amigos que no solo nos aporten buenos momentos si no que nos apoyen con consejos y que quieran lo mejor para nosotros.

Digamos lo que pensamos con respeto y con firmeza. No dejemos que nadie nos haga sentir menos. Tengamos presente lo mucho que valemos y el lugar que merecemos.

Pero sobre todo tomémonos el tiempo para apreciar los momentos que vivimos en la cotidianidad de la vida. Seguramente quisiéramos hacer, dar o vivir más pero la falta de tiempo no nos los permite. Así que vivamos cada momento que se nos presente con ganas y actitud.

Realmente creo que todos atesoramos los momentos en los que podemos estar reunidos en familia, con ellos cualquier cosa que nos pongan de botana sabe a gloria, sabe justo a lo que necesitabas en ese momento. Sabe a que pudiste estar en otro lado pero al estar ahí con ellos todo sabe mejor.

Esa imagen de los tres amigos me conmovió y paralizó mi torpe y acorreteada mañana sumergiéndome en innumerables pensamientos.

El café, la coquita y la botanita siempre serán tus aliados cuando queramos encuentros que nos llenen el alma y sobre todo nos la alimenten.

Y sabes, después de esas reuniones no solo salimos felices, si no que también salimos recargados para continuar la vida.

Que vivan por siempre los café, los amigos y una buena coca light.

Con amor V

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Valeria Bracamonte Valeria Bracamonte

La Institución esta dañada

Me encuentro entre la espada y la pared. Siento como si unas manos me estuvieran estrangulando para que tome decisiones ya que al no tomarlas tendré consecuencias que repercutirán en el desarrollo integral de mis hijos.

Y es que la institución está dañada. Mis manos están atadas y esto no es nuevo en el mundo en el que vivimos y que decir en el mundo, en el México y en la sociedad en general en la que vivimos últimamente. La falta de valores, de principios es vergonzosa. Esa necesidad de obtener todo a manos llenas sin pensar en lo que puedes ocasionar o dañar es inminente en todos los niveles sociales.

Pero hoy hablo por mi, porque es lo que me está tocando vivir, es lo que me toca ver día con día: mi institución está dañada. La institución en donde mis hijos pasan bastas horas y donde además practican deporte esta corrompida. Por tanto las posiciones de juego de mis hijos en el campo se ven gravemente afectadas por un profesor que tiene todo el poder de hacerte sentir menos a base de chantajes y condiciones

Me pregunto yo: ¿Por qué un profesor puede hacerte sentir así?

Mi cabeza no para de dar vueltas y de pensar: ¿Qué poder le otorgué a este hombre para que me quite la paz?

Me quitó la paz y me sembró miedo. ¿Quién en su sano juicio puede pertenecer a un equipo, a una institución a base de miedo?

Sí, la institución esta quebrada y mal encausada pero es porque lleva tantos años bajo el poder de una persona que no tiene principios, ni valores. Todo es bajo amenazas, condiciones y chantajes. Ojalá y alguien levantara la voz pero no, nadie quiere por temor a que sus hijos pierdan su posición o incluso su equipo. Tienen miedo a que castiguen a sus hijos porque levantaron su voz. Tienen miedo a que sepan papás de quién son porque si no su hijo se verá gravemente afectado.

Esto no es nuevo, lleva tantos años pasando a la luz de todos pero sin poder frenarlo. Llenando a este hombre de poder para chantajear o sabotear a cualquier niño y lo que termina sucediendo es que el pequeño sale de la institución en busca de un lugar sano donde jugar.

Me siento atada, molesta y presionada al no poder decir nada de lo que siento. Al no poder decir NO por temor. Al no poder decir no puedo participar en esto por alguna u otra situación porque si digo NO, su amenaza es inminente en contra de cualquiera de mis niños.

El deporte como dice la Real Academia Española es: actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas. Recreación, pasatiempo, placer, diversión o ejercicio físico, por lo común al aire libre.

Esta definición de deporte, ese objetivo que tiene el deporte cambió totalmente, esta definición ahora no es pasatiempo sino obligación con chantaje, obligación con consecuencias. No, no es un pasatiempo para ellos, ahora tienen que ver cómo hacerle para ganarle el lugar al compañero para poder irse a un viaje o poder jugar un partido. ¿Y eso es correcto? Por supuesto que NO. Los niños deberían de desear jugar, divertirse, ser compañeros, darse la mano, levantarse, ayudarse y apoyarse, entrenar si es cierto pero no con fines ambiciosos, son niños, pronto en un tiempo corto serán adultos y ahora si les tocará correr para llegar a la meta pero si queremos ver cambio en el mundo, en ese mundo ambicioso, en ese mundo desmoralizado tenemos que trabajar en la niñez.

Tenemos que traerles adultos con valores que cumplan con la misión de la escuela. Necesitamos adultos que tomen de la mano a los niños y los guien a un lugar de éxito. Pero aún más necesitamos escuelas que sean zonas seguras para los niños, zonas en donde velen por sus intereses, bienestar, por su deporte y por su aprendizaje.

La institución esta corrompida y ojalá alguien algún día levante la voz junto a la mía.

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Valeria Bracamonte Valeria Bracamonte

Las cosas que no dije y me enfermaron vs lo que dije y me liberó

Tengo recuerdos de todas las cosas que no dije. Tengo recuerdos incluso imaginando lo que hubiera dicho pero no dije y entonces formando una cadena interminable de ideas de lo que hubiese pasado en el momento en el que debía de haber dicho tal o cual cosa.

Pero luego llega la frase común de mamá “el hubiera no existe” y como un sopeton regreso a la cruda realidad en donde no dije nada y me quedo con demasiado por manifestar.

El hubiera no existe; ¡pero como me hubiera gustado decir tantas cosas!

Incluso recuerdo que cuando estaba más chavita me salieron unas cosas espantosas alrededor de los dedos, como unos ashes o verrugas, como quieras llamarles. Mi mamá dice que eran de estrés. Claro que era de tanto estrés, no solo por mi inmadurez sino también por todas las personas con las convivía a las cuales deseaba decirles cosas que nunca me atreví a decir y otras cosas que dije y que me arrepentí decir pues no tuve el valor para arreglar el vomito verbal de palabras que salieron en ese momento.

Y es que hoy comprendo que todo lo que sientas y no digas se encapsula en el cuerpo y se liberta en tu torrente sanguíneo provocando enfermedades o muy intensas o muy desgastantes como eran estos horribles ashes en cada dedo de mi mano y de mi pie las cuales solo con verlas me daban rabia y sabía que estaban ahí por todo lo que se acumulaba dentro de mi cuerpo.

Pasé muchos años con palabras por decir. Con NOS por voluntad. Con disculpas por pedir. Pasé muchos años con dudas por aclarar. Con pleitos por solucionar. Pasé incluso años con sucesos por afrontar hasta que dije BASTA. Las cosas se deben de decir. Las cosas se deben encarar y debes de ser responsable y madura para poder hablar, decir, opinar.

Y seamos sinceros en algo que he aprendido con el tiempo: cuando no dices lo que sientes, no expresas y liberas tus sentimientos, solo los reprimes y encapsulas mala vibra que internamente genera caos en cada célula, enfermándolo y saboteando.

Pero cuando comienzas a darte cuenta que decir lo que sientes libera, vas viendo que vas entendiendo más de la vida que te toca vivir.

Di lo que piensas aún y al otro no le guste escucharlo. Pide disculpas aunque te tiemble la voz. Expresa tu opinión sobre aquello que no te convenza del todo. Da tu opinión sobre algo sin temor y con firmeza. Di lo que tengas que decir en el momento que tengas que decirlo sin ofender a alguien y con mucho respeto. Alza la voy y liberate, que tu voz se escuche. Que tu vibra mueva a otros. Que seas ejemplo de honestidad y de respeto ante todo.

Grabate esto, es mejor liberarse de pensamiento que ahogarse en tus pensamientos.

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Valeria Bracamonte Valeria Bracamonte

La vida es una

Encontrar una buena canción hoy en día creo que resulta un poco difícil. Sin embargo soy de las personas que una vez que escucha algo bueno lo añade enseguida a su lista de favoritos. Eso justo pasó con “La vida es una” de Carol G. Canción que escuché después de ver “El gato con botas “ y la cual me hizo reflexionar:

Venimos a este mundo con una misión la cual que nos toca entender y comprender a lo largo de nuestra vida. Y es verdad que nos ocurren muchas cosas que nos marcan en el camino y que algunas veces esas vivencias nos pueden dolor, costar o incluso molestar pero no son ni motivo, ni razón para detener la búsqueda por la misión que estas llamado a vivir.

Solo nos toca vivir una vida y si no la vivimos de la mejor manera no vamos a aprovechar del tiempo que tenemos para vivir, amar, viajar, conocer, frustrarnos, volver a empezar, estudiar y más.

Es cierto, como mencioné anteriormente, en ocasiones es duro vivirla, es duro no entender el camino que debemos de tomar pero hoy por hoy hay cientos de herramientas que nos ayudan a llegar hacia la luz al final del túnel pues siempre hay una luz al final que nos indica cuando hemos logrado llegar o cuando hemos logrado alcanzar el objetivo deseado.

Todos los días son una nueva oportunidad para comenzar de cero. No importa cual sea tu situación recuerda lo que dice la frase: el sol siempre sale para todos. Así que piensa, siempre vas a tener opciones, siempre vas a poder volver a empezar pero recuerda siempre ponerle ganas a todo lo que hagas y que la vida solo es una.

Y si te pasa cómo alguien una vez me dijo: me acaban de dar un balazo y estoy en terapia intensiva. Te voy a decir: si, te pueden dar muchos balazos pero tienes que resistir, ponte un chaleco antibalas y levántate fuerte y perseverante, porque balas verás por todos lados sobre todo en este mundo tan hostil en el que vivimos. Estar en terapia intensiva no es opción lucha por lo que quieres para mantenerte sano, fuerte y listo para lo que sigue. Recuerda viniste al mundo a completar una misión, no te olvides de ello.

Y algo muy importante en esto, rodéate de gente que te sume en la vida. Gente que te vaya dando herramientas para que puedas crecer. Que te vaya guiando por un buen camino. Aléjate de las malas amistades, de esas que buscan un interés por lo que tienes.

Disfruta de la vida que tienes, trabaja por lo que sueñas. Regálate tiempo para respirar, para amar y para disfrutar de las personas con las que vives, a esas que llamas familia.

Aliméntate sanamente, haz ejercicio, no eches las cosas en saco roto, como digo, rodéate de personas, de amigos que te den buenos consejos que puedas aplicar en el día a día ellos quizá ya estuvieron en tu lugar, ya vivieron lo que viviste y más vale un viejo por sabio que por viejo así que escucharlos con atención y pon en práctica lo que te aconsejan.

Recuerda que el pasado es historia y como dice Victor Frakhl: la vida no se hace insoportable por las circunstancias sino por la falta de sentido y propósito por ello que no te olvides siempre que todo tiene una finalidad un propósito, una meta que debes lograr, cumplir, alcanzar pero sobre todo luchar.

Mueve tu cintura, diviértete y disfruta que la vida solo es una. Muévete, prepárate, diviértete y vive la vida todos los días como si fuera el último día, dando todo de ti y procurando dar de ti a quien lo necesite.

La vida solo es una.

V

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Valeria Bracamonte Valeria Bracamonte

Estrellas hay en el cielo

Hace unos días me temblaba la pierna mientras esperaba en las gradas. Pensaba: “ es que si lo vieran jugar lo quitarían de la portería”. Me paraba y sentaba en señal de impaciencia a la cual trataba de aplacar pero me fue imposible.

Cuando uno es mamá, siente como si su hijo lo mereciera todo, creemos que lo conocemos mejor que Dios. De hecho creemos que no solo conocemos mejor sus habilidades que otros, sino que queremos que esas habilidades se vean reflejadas al momento en el que el niño este en alguna actividad donde pueda y sea el foco de atención.

Aquel día me bajé de las gradas y me dirigí al campo, caminé hasta llegar a él y le pedí que saliera a jugar. Orgullosa ví como mi chiquito pateó el balón hasta llegar a gol. Festejé con unos aplausos no tan ruidosos pero eso sí, con una sonrisa de oreja a oreja. Por supuesto el niño también estaba feliz, pero creo que en ese momento me sentí mas orgullosa de ello pues por fin pudo ver el entrenador de lo que es capaz el chiquito en cancha.


Ya que logro que el peque salga de la portería y entre al juego camino a mi lugar, satisfecha. En eso me topó con un padre el cuál me dice : “buen gol” y le contesto gracias, es zurdo tiene talento. (de nuevo presumiendo al chiquito) A lo que me contesta: igual mi hijo, lo conoces? Me quedo dudando y contesto no, y me dice:

-¡Como no conoces a mi hijo, él es la estrella de este colegio!

- Una disculpa, contesto, no lo conozco.

Esa respuesta me dejó perpleja. Le seguí unos minutos de plática y el partido terminó así que me dirigí hacia mi hijo. “Gran gol” le dije, y él pequeño orgulloso me dijo: “si mamá metí un gol”

Me subí al coche y no dejé de pensar en aquella frase sobre “la estrella” y en toda la impaciencia que tuve dentro de la hora del entrenamiento.

“Diablos pensé para mi”. Reflexioné todo el camino a casa, psicoanalizando cada comento. Entonces ¡PUM! Todo se aclaró dejándome una gran lección:

Las estrellas están en el cielo, ellas desde ahí nos muestran su brillo que a la luz de nuestros ojos es magno y a su vez ese brillo ilumina nuestro cielo cada noche.

Cada niño, es un niño, no una estrella. Cada niño irá buscando su camino con nuestra ayuda. Nuestra misión como padres no es estar dentro del campo dando indicaciones si no estar con ellos ahí, al pie del cañón dándoles las herramientas para que puedan ellos crecer como seres humanos.

No, no son estrellas, son niños, son niños y niñas que van creciendo y van adquiriendo capacidades según sus gustos y preferencias. No necesitan de nosotros en el campo, en la pista, en los juegos, en la alberca de hecho en ni un lado.

Pero lo que sí necesitan es que estemos para ellos, para ayudarlos a levantarse quizá cuando caigan. Para inspirarlos cuando se sientan derrotados. Para darles la mano y decir tu puedes con esto y más. Para cuando el miedo se apodere de ellos les digas, el miedo es solo un obstáculo que esta en tu cabeza y puedes más que el.

Los niños no son estrellas, son niños. Son seres humanos que necesitan crecer con valores, con amor, con ideas de equidad y empatía en todo nivel social. No crezcas con superioridad a un niño, solo vas a alimentar a un ego que a la larga se vuelve impaciente incapaz de autoregularse por los niveles de superioridad tan abrigados al considerarse celestial.

Dejemos los astros y lo celestial en el espacio, lo humano es lo que importa. Dejemos que los niños vayan aprendiendo en su propio terreno. Cuando se caigan aprendan a levantarse. Cuando tomen una decisión sepan que hay consecuencias pero que también hay posibilidades de arreglar lo que sea que estén viviendo con el dialogo pues tienen que aprender a hablar para ser escuchados.

Los niños no son estrellas, son niños y hay que dejar que ellos vayan haciendo su propio camino de la mano de un adulto que lo crezca en y con valores. Quedemonos fuera de la cancha y dejemos que ellos vayan conociendo y haciendo su camino siempre al pendiente de absolutamente todo lo que los rodea pero cuando de su desenvolvimiento se trate dejemos que ellos solitos lo pidan, lo solucionen y lo digan.

“BE KIND”

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Valeria Bracamonte Valeria Bracamonte

Un toque de compasión

En este blog te comparto acerca de….

Mira con bondad y encontrarás cosas únicas
— R. J. Palacio

¿Has escuchado alguna vez que cada cabeza es un mundo? Esa frase me vino a la mente mientras viajábamos con los niños y por cuestiones de logística compartí asiento con ellos pero mi marido se sentó al lado de joven latino como nosotros.

Los primero minutos del vuelo como suele suceder cada cabeza estaba en su mundo y normalmente cuando tienes un mundo demandante estas muy infiltrado en él, incapacitando tus habilidades sociales y enfocado toda tu atención a los problemas que tienes que resolver. Sin embargo así como el mundo no para el vuelo tampoco y los minutos transcurrieron hasta que llegó el momento en el que la sobrecargo interrumpíos sus pensamientos ofreciéndoles algo para tomar y es ahí donde cada uno tuvo que detener sus pensamientos, desenchufarse y contestar lo que se les preguntaba.

El joven no entendía la pregunta en inglés y mi marido se percato de ello, así que fue en ese momento cuando comenzó una conversación con un simple “que te gustaría tomar” a lo que el joven respondió : una coca por favor, seguido de un gracias.

Minutos después de la coca y de preguntar por el wifi para seguir inmersos en su mundo el chavo inquieto le preguntó a mi marido:

¿Crees en Dios?

Claro está que se quedó en shock (cuenta él) ante tal interrogante pero contestó: así es, creo en Dios y creo que no hay coincidencias, si estás aquí es por algo.

Entonces el joven se soltó a contarle una vida muy conflictiva, llena de problemas que lo llevaron a estar en ese avión por suerte, por destino o por Dios.

Así que cuando a él le toco hablar le dijo:

“No sé si es Dios o es suerte, lo que si se es que tienes una gran oportunidad para volver a empezar. No hay casualidades, hay oportunidades. Tienes hoy la oportunidad de volver a empezar, con mucho o con poco, no lo desperdicies. Aprovecha cada momento que tienes, aprovecha la oportunidad porque no vas a tener otra. Siempre di la verdad porque aquí los gringos se la saben de todas, no mientas, cuenta tu historia, tu verdad y vas a ser libre. “

Siguieron hablando, de todo y de nada. Él le siguió dando consejos, el otro escuchaba.

Como todo principio llega a su fin, el avión aterrizo y le entregamos barras de chocolate para que tuviera algo que comer. Nos despedimos y siguió su camino.

Momentos después mi marido se volteo y me contó todo y entonces le dije: acabas de sentir compasión por otro humano, acabas de ser empático y presenciado bondad de ti para con él, es decir acabas de ayudar a un hombre cuando más lo necesitaba.

De eso se trata la vida, de ayudar. Ayudar a nuestro prójimo, a nuestros hermanos. Ser agentes de paz, ser personas que unan, que motiven e inspiren. Ser siempre seres auténticos, serviciales, dispuestos, seres que vivan valores y los promuevan. Necesitamos seres humanos compasivos con la humanidad no Poncios Pilatos que se hacen a los que no ven y no escuchan.

Una probada de compasión, un poquito de ella llena el corazón y lo te hace ver más allá de la vida que llevas.

Me hubiera gustado hacer un poco más por el, pero como dije al principio cada cabeza es un mundo y este mundo salió disparado en busca de libertad, de esa segunda oportunidad, salió en busca de una nueva vida y a nosotros nos dejo una gran enseñanza la compasión por la humanidad y la empatía que debemos de tener siempre.

Trata siempre de ponerte en los pies de otro ser humano y entenderás su vida. Agradece lo que tienes, agradece la familia que has formado y de la casa a la que podemos llegar y dormir en paz.

V

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