La Institución esta dañada

Me encuentro entre la espada y la pared. Siento como si unas manos me estuvieran estrangulando para que tome decisiones ya que al no tomarlas tendré consecuencias que repercutirán en el desarrollo integral de mis hijos.

Y es que la institución está dañada. Mis manos están atadas y esto no es nuevo en el mundo en el que vivimos y que decir en el mundo, en el México y en la sociedad en general en la que vivimos últimamente. La falta de valores, de principios es vergonzosa. Esa necesidad de obtener todo a manos llenas sin pensar en lo que puedes ocasionar o dañar es inminente en todos los niveles sociales.

Pero hoy hablo por mi, porque es lo que me está tocando vivir, es lo que me toca ver día con día: mi institución está dañada. La institución en donde mis hijos pasan bastas horas y donde además practican deporte esta corrompida. Por tanto las posiciones de juego de mis hijos en el campo se ven gravemente afectadas por un profesor que tiene todo el poder de hacerte sentir menos a base de chantajes y condiciones

Me pregunto yo: ¿Por qué un profesor puede hacerte sentir así?

Mi cabeza no para de dar vueltas y de pensar: ¿Qué poder le otorgué a este hombre para que me quite la paz?

Me quitó la paz y me sembró miedo. ¿Quién en su sano juicio puede pertenecer a un equipo, a una institución a base de miedo?

Sí, la institución esta quebrada y mal encausada pero es porque lleva tantos años bajo el poder de una persona que no tiene principios, ni valores. Todo es bajo amenazas, condiciones y chantajes. Ojalá y alguien levantara la voz pero no, nadie quiere por temor a que sus hijos pierdan su posición o incluso su equipo. Tienen miedo a que castiguen a sus hijos porque levantaron su voz. Tienen miedo a que sepan papás de quién son porque si no su hijo se verá gravemente afectado.

Esto no es nuevo, lleva tantos años pasando a la luz de todos pero sin poder frenarlo. Llenando a este hombre de poder para chantajear o sabotear a cualquier niño y lo que termina sucediendo es que el pequeño sale de la institución en busca de un lugar sano donde jugar.

Me siento atada, molesta y presionada al no poder decir nada de lo que siento. Al no poder decir NO por temor. Al no poder decir no puedo participar en esto por alguna u otra situación porque si digo NO, su amenaza es inminente en contra de cualquiera de mis niños.

El deporte como dice la Real Academia Española es: actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas. Recreación, pasatiempo, placer, diversión o ejercicio físico, por lo común al aire libre.

Esta definición de deporte, ese objetivo que tiene el deporte cambió totalmente, esta definición ahora no es pasatiempo sino obligación con chantaje, obligación con consecuencias. No, no es un pasatiempo para ellos, ahora tienen que ver cómo hacerle para ganarle el lugar al compañero para poder irse a un viaje o poder jugar un partido. ¿Y eso es correcto? Por supuesto que NO. Los niños deberían de desear jugar, divertirse, ser compañeros, darse la mano, levantarse, ayudarse y apoyarse, entrenar si es cierto pero no con fines ambiciosos, son niños, pronto en un tiempo corto serán adultos y ahora si les tocará correr para llegar a la meta pero si queremos ver cambio en el mundo, en ese mundo ambicioso, en ese mundo desmoralizado tenemos que trabajar en la niñez.

Tenemos que traerles adultos con valores que cumplan con la misión de la escuela. Necesitamos adultos que tomen de la mano a los niños y los guien a un lugar de éxito. Pero aún más necesitamos escuelas que sean zonas seguras para los niños, zonas en donde velen por sus intereses, bienestar, por su deporte y por su aprendizaje.

La institución esta corrompida y ojalá alguien algún día levante la voz junto a la mía.

Previous
Previous

Que nunca se acabe la coquita light, los amigos y una buena charla

Next
Next

Las cosas que no dije y me enfermaron vs lo que dije y me liberó